Cuando consigo pensar con la cabeza fría me doy cuenta de las cosas inverosímiles . Inverosímiles como que la vida sigue sin él. No sé, se me nublan los recuerdos y reconozco que me alegra no recordar sus palabras ni promesas.
Ni siquiera me acuerdo de su voz y eso es lo que más me encanta.
Ahora es como si nunca hubiera estado acá. Como si no hubiese existido y todo hubiese sido un mal sueño, nada más.
Siempre aprendemos algo nuevo cuando conocemos a alguien y descubrimos rincones de nuestra persona casi sin quererlo y por eso siempre le voy a estar agradecida, por que me enseñó a conocer el verdadero amor, ese que nunca olvidas.
Pero se terminó este estupido juego que no nos llevaba a ninguna parte.
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