Me dediqué a perderme entre sueños, entre palabras que nunca pronunciaste, a ilusionarme con cada mirada. Pero entendí que no he llegado a valorarme lo suficiente, siempre mirando hacia arriba, como si yo estuviera por debajo, como si no supiera que yo valgo más, mendigando cariño a quienes no tenían corazón, entregándo más de lo que tenía.
Hoy quiero quererme el resto de mi vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario