lunes, 7 de mayo de 2012

Los besos que eran interminables, los "te amo", las miradas, los abrazos, las peleas, las charlas, las infinitas canciones que nos rodeaban, los recitales, el miedo, la ciudad, las esquinas, los remises, las paradas de colectivo, la plaza, las playas...
 ¿Te acordás? Yo a veces sí. Es inevitable no pasar por esos lugares y relacionarlos con vos. Miro, bajo la mirada y sonrío. No se puede vivir de recuerdos, pero generalmente éstos vagabundean en mi vida cotidiana (hasta en los más simples detalles) y a veces, te traen de vuelta a mí.

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