jueves, 21 de junio de 2012


Intente dejar todo esto, pero últimamente me siento obligada a escribir, para soltar todo lo que llevo dentro y no sé, quizás algún día lo lees y te causa gracia, quien sabe.
¿Alguna vez se te salio el corazón del pecho? ¿Alguna vez pensaste que el mundo se derrumbaba y el cielo se ocultaba bajo su piel? Sí, yo sí.
Me llené de ilusiones; porque cualquier cosa venía bien para aferrarme a la idiota idea de que un poco, aunque sea un poco (ya que con eso solo me conformaba) me querías. Que cada vez que me mirabas, podía caber la mínima posibilidad de que sean con otros ojos, con otras intenciones...Eso es una mala costumbre mía, creo en los imposibles y no sé ver cuándo hay gente que los vale y otras que no.
Te pensé como nunca jamas pensé a nadie, tal vez era porque anteriormente negaba esa sensación que se formaba en mi pecho cada vez que alguien te nombraba. Porque sabes como funciona esto, ¿no? Cuanto más te negas a algo, más lo tenes en la mente, más te termina atrapando. Más sueños tenes, más sensaciones raras aparecen en tu cuerpo, unas desesperantes, angustiantes y tan bipolares.Tal vez así empezó todo.Toda esta rara sensación mía de querer verte a diario o mirarte cada vez que me resultaba posible. Y cada vez lo disimulaba para no quedar tanto en evidencia.
Te odié como nunca pensé que iba a odiar, porque no sé odiar... La sensación de ser tu trapo, de ser solo tu abrigo en noches de bajas temperaturas o ser un helado para calmar tu calor corporal, nunca me dejaba del todo contenta. Pero aun así seguía, porque te tenía y sé lo difícil que es conservar a las personas como vos. Siempre quieren más y más... No les alcanza con lo que tienen, solo cuando lo pierden. Pero aun así no podía arriesgarme a eso; sé muy bien que no fui el tesoro perfecto, que yo era más feliz que vos en esos momentos, que era yo la que simplemente se emocionaba cada vez que le hablabas; por eso mismo no podía plantear cargos porque acuse lo que acuse iba a terminar perdiendo o ganando tu ausencia. Lo sé, tengo el titulo de imbécil pegado en la pared, esa que a veces me escucha susurrar por las noches tu nombre.
Sola llegué, pero con un par de sueños. Tal vez estaba hambrienta, muy desesperada de eso que todo el mundo añora todas las mañanas, que hoy (como tantas veces) no lo voy a nombrar o mejor dicho escribir.
Y acá estoy. Con el orgullo atragantado intentando cancelar cualquier entrada de aire puro y natural o una oportunidad para escuchar un poco de latidos a esta caja de metal que se transformó mi corazón
Acá estoy, sosteniendo lágrimas y aguantando el dolor. 
Espero que nunca olvides cuánto te ame. Espero que, con otras, notes la diferencia… Ese hueco que se va abrir en tu gastado y  aparente pálido corazón. Porque ya no vas a tener aquellos abrazos, ni llamadas protestantes por las noches, que te defiende, que daría todo por vos. Tampoco la sensación de que alguien te piensa constantemente, ni vas a sentir lo que se siente que te quieran mas allá de todos tus defectos. Porque sí, como buena imbécil te quise así… Así de miedosa, así de dependiente, así de niña. Así de actriz poco profesional que se terminaba enamorando de el actor principal.
Con vos toqué las estrellas y viajé más allá de todo esto.  Fuí sola caminando por una cornisa y así terminé. Aunque me hayas quitado toda mi respiración con cada noche que sentía que la soledad me acechaba, yo me voy.
Me voy, viendo como cada cosa que hago, escribo o pienso apenas te importa (o eso es lo que creo). Que seguis con esa puta manía de pensar y olvidar la voz de corazón, de juzgar mis actos sin creer que son resultados creados por vos mismo.
Y yo que tenia un poco de ilusión, por la forma en la que me mirabas, por cómo mi pecho quería salir corriendo cada vez que te acercabas, o la forma en la que juntabas mi cuerpo al tuyo, porque desesperabas ante un roce… Sí. Las señales eran buenas, daba para alimentar mi ego desaparecido y más...
Pero no...
Te fuiste alejando poco a poco sin darte cuenta, te fui alejando hasta dejarte a un lado porque creí que tus pensamientos eran por otro asunto, preocupación, que el tiempo que habías pasado a mi lado era un reflejo de mi propia imaginación...Que tu sonrisa era falsa, que tus besos ya no eran para mi . Huí sin darte explicaciones e intente borrarte de mi vida... Sí, es así. Aunque me cueste eliminar el eco de tu risa, tu mirada profunda, tu cuerpo, tus caricias, tu voz, el roce de tus dientes con mis labios, tus besos apasionados y tan dulces...
Siempre fuiste aquel chico diferente al resto, siempre lo dije y lo supiste. Eras un laberinto plagado de puertas que, a cada cual, era más diferente de la anterior.
Llegué sola y sola me voy. Sin vos, sin tus bipolaridades, sin tu necesidad de mí, sin mi necesidad de que seas lo único en lo que pienso, sin nada.. Me voy por donde vine, sola. Sí, bastante sola pero lo prefiero así... Voy a intentar contenerme al efecto que causó mi partida, y caeré si tengo que, algún día, llenar tus vacíos.
Voy a intentarlo.
Ahí viene el tren, que no me lleva a ningún lugar, salvo lejos de aca




Atte: Aquella chica que estuvo y esta... aunque parezca increíble, enamorada de vos

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